No es de extrañar, por tanto, que la NBA optara por dar el salto de Londres a París, ciudad en la que espera quedarse a medio plazo con su partido anual de liga regular, camiseta lakers y que la NFL haya optado por Múnich como complemento al estadio del Tottenham. En medio de esta incesante agitación apenas se ha reparado en el despliegue atlético necesario para contener esa persecución al balón, algo que en última instancia no es humanamente posible.